La meditación es un estado

La meditación es un estado: Estás o no estás en ese estado. La meditación sucede o no sucede; no se puede forzar. No es posible explicar la meditación.

A mi modo de ver, la meditación que se practica hoy en el mundo del yoga tiene que ver con el resurgimiento del hinduismo en India.

Cuando llegaron los británicos en el siglo XVI la sociedad india y su principal religión, el hinduismo, estaba plagado de supersticiones y crueldades como la inmolación de las viudas, y el infanticidio era rampante.

Unos 90 años antes de la independencia que tuvo lugar en 1947, poco a poco, comienza a producirse un resurgimiento del hinduismo con místicos y religiosos como Ramakrishna y Swami Vivekananda, Ramana Maharshi, Yogananda y Shri Aurobindo, y por supuesto, Mahatma Gandhi y muchos otros que vinieron después como Swami Shivananda, Maharishi Mahesh Yogi, Sai Baba, etc.

Poco a poco el yoga comienza a renacer y a propagarse en India y en el mundo. Además de Swami Vivekananda, el primero en hablar de yoga en el Congreso Mundial de las religiones que tuvo lugar en 1893 en Chicago, Tirumalai Krishnamacharya, considerado el padre del Hatha Yoga moderno, pero más conocido por sus alumnos B.K.S. Iyengar, K. Pattabhi Jois y su hijo T.K.V. Desikachar y más tarde, Indra Devi, con quienes tuve el honor de estudiar.

Puedo decir, sin temor a equivocarme, que el siglo XX fue el siglo del Hatha Yoga y que el siglo XXI será el siglo del Raja Yoga, es decir, el yoga de Patanjali.

Raja Yoga o el Yoga de Patanjali es el yoga de la meditación. Infelizmente, la meditación que muchos practicamos se aleja mucho de lo que describe el sabio en sus Yoga Sutras.

Especialmente en occidente la palabra meditación se usa con mucha liviandad y se ha transformado en un producto de consumo, en un negocio. Muchas escuelas ofrecen “Yoga” y “Meditación”, como si fuesen cosas diferentes. El enfoque que le damos en occidente es más bien terapéutico, una herramienta contra el estrés, lo que sin duda es excelente, pero no es meditación.

Para Patanjali, meditación es “Dhyana”; para los budistas chinos “Chan” y para los monjes japoneses, “Zen”. Meditación es un estado de consciencia donde se desvanecen las fronteras de la mente consciente, subconsciente e inconsciente.

Lo que todos nosotros hacemos -y también en GPBALANCE- es practicar técnicas de desarrollo de la atención, es decir, “Pratyahara” y “Dharana”, pero no es posible “practicar meditación”.

La meditación es un estado: Estás o no estás en ese estado. La meditación sucede o no sucede; no se puede forzar. No es posible explicar la meditación. Es algo que acontece raramente, como lo es enamorarse de verdad. ¿Cuántas veces en tu vida te has realmente enamorado? ¿Dos, tres veces? Es lo mismo que ocurre cuando entras en un estado de meditación, en la que tu consciencia personal se une a la consciencia universal.

El objetivo de la meditación es encontrar la sabiduría y la verdadera felicidad. En el caso de Buda, a través del Noble Sendero Óctuple para superar el sufrimiento humano y en el caso de Patanjali, superando las 5 aflicciones que nos impiden encontrar la felicidad.

1.- Avidya: ignorancia, comprensión defectuosa.

2.- Asmita: Ego.

3.-Raga. Apego, deseo.

4.-Dvesa. Aversiones irracionales.

5.-Abhinevesha. Miedo a la muerte.

Para esto, Patanjali nos propone “Ashtanga Yoga”.

Las 4 primeras técnicas de la secuencia de GPBALANCE están dirigidas al desarrollo de la atención, es decir, son técnicas para llegar al estado de “Dyana”. Mientras esto sucede, estas técnicas son potentes herramientas para centrarnos mentalmente. Estas primeras 4 técnicas se combinan las 4 siguientes que si bien son técnicas de respiración solar, nos permiten equilibrar nuestra energía y entrar en un estado de BALANCE, lo que en cierto modo, nos proporciona felicidad.